Mixtapes
Galerie 100kubik
2017
Espacio Iniciarte Málaga
2016





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En contraposición a la idealización del entorno y su efecto positivo en el hombre, se encuentran las piezas pictóricas de Gonzalo Fuentes. A través de interiores arquitectónicos dinámicos y complejos, donde se pone en cuestión la solidez del espacio que nos rodea y que hablan de su carácter volátil, Fuentes nos presenta todo un imaginario distópico de alta tecnología y bajo nivel de vida, como hiciera el género del Cyberpunk desarrollado en los años ochenta del pasado siglo. En series como Juegos de construcción (2014) o Territorios de ficción (2015), representa lugares impersonales, de colores intensos y formas que rozan la abstracción, donde la percepción humana se disgrega para alcanzar un estado de incertidumbre y desasosiego ante el futuro que está por venir.

En Mixtapes (2016), estos interiores arquitectónicos antes tan evidentes se vuelven indeterminados; la estructura, el tiempo y el espacio se diluyen, convirtiéndose en un detritus de arquitectura moderna donde los trazos y los planos se confunden para dar lugar a todo un universo de asociaciones. De esta forma, los lienzos se convierten en portales a otros mundos, pero también en límites espaciales, invitando al espectador a decidir si adentrarse en ellos o quedarse fuera.

Estos “ciberespacios” al modo de Blade Runner (1982), que se dispersan y multiplican hasta el infinito como un reflejo de la ciudad contemporánea, son el resultado del propio proceso de composición de la imagen, donde la selección, el recorte, el collage y la manipulación digital tienen un papel importante como paso previo a la imprimación del lienzo. Junto a esto, los postulados de Le Corbusier y su “máquina de habitar” están muy presentes en el trabajo del malagueño, más si cabe en sus últimos proyectos donde aplica a sus pinturas el axioma de la arquitectura modular. Se trata de una estrategia de apropiación del espacio a través de módulos –en este caso pictóricos– que se interrelacionan entre sí hasta formar un todo, una instalación donde la pintura de sus lienzos se hibrida casi por completo con el entorno, convirtiéndose en instrumento para dar forma a una concepción mental –Cargada de elementos psicoanalíticos– del espacio que les acoge.

Sara Blanco

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The pictorial creations of Gonzalo Fuentes stand in stark contrast to the idealisation of the environment and its positive effect on humanity. Through dynamic, complex architectura interiors that question the solidity of the surrounding space and underscore its volatile nature, Fuentes offers us a dystopian imagery of high technology and low living standards reminiscent of the cyberpunk genre that emerged in the 1980s.

In series such as Juegos de construcción [Construction Games] (2014) and Territorios de ficción [Fictional Territories] (2015), he represents impersonal places of loud colours and forms verging on abstraction, where human perception is disintegrated in order to achieve a state of uncertainty and uneasiness about the times yet to come. In Mixtapes (2016), the once-clear architectural interiors become fuzzy; structure, time and space dissolve into a rubble heap of modern architecture where lines and layouts intermingle, giving way to a vast universe of associations. Thus, his canvases become gateways to other worlds as well as spatial boundaries, inviting spectators to decide whether they want to cross over or remain outside.

These “cyberspaces” à la Blade Runner (1982), which scatter and multiply infinitely as a reflection of the contemporary city, are a product of the image composition process itself, where selecting, cutting, collage and digital retouching are important steps that must be performed before the canvas is even primed. The postulates of Le Corbusier and his “machine for living in” are very much present in Fuentes’s work, especially in his latest projects, where he applies the axiom of modular architecture to his paintings. This is a strategy for appropriating space through modules—i this case, pictorial ones—that are interconnected to form a whole, an installation where the paint on his canvases is almost completely hybridised with the surroundings, becoming an instrument for materialising a mental conception—steeped in psychoanalytical elements—of the space that envelops them.

Sara Blanco